miércoles, 3 de septiembre de 2014

.Sin esperar.

Es muy difícil para alguien con mi personalidad, dejar de ser complaciente...
Crecí siendo (o creyendo ser) lo que pensaba (erroneamente muchas veces) que el resto esperaba o necesitaba de mí. La chica diez, la hija ejemplar, la que siempre sobresalía... La que nunca tenía una falla.

Y esa necesidad de perfección me hizo vivir llena de frustración. Porque nunca podía ser lo que yo realmente quería ser. Ni siquiera tenía tiempo de preguntármelo.
Hoy, como hace ya unos años... decido no esperar nada de nadie. Decido vivir mi vida cada instante, decido respirar... pero respirar de verdad, teniendo conciencia de cada segundo de vida....
Porque la vida, se trata de eso. De vivirla.

Es curioso porque empecé estos blogs hace muchos años... uno, como mi válvula de escape, y el otro como un juego en tercera persona que también siempre fue lo que más me divirtió e hizo bien... Así como los empecé... los dejé, una y otra vez. Porque en un punto seguía haciendo las cosas por los demás, y no por mí. Hoy decido volver a este hermoso mundo... para quedarme.
No sé con cuanta frecuencia. No voy a dar explicaciones cómo cada vez que fui y vine.

Sólo sé que acá soy yo. Y el que me quiera leer y disfrute esto como yo lo hago...
Pero yo, Euge, la de siempre. No la diseñadora, ni la emprendedora, ni la asesora...
Euge. La tía Euge...
La que nunca se tendría que haber ido...



3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Que lindo eugeee! Me encantoo

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  3. Comparto las palabras Euge! Y si che, es tremendo como muchas veces somos los últimos en querernos! Abrazote, sé feliz!

    Lucas (Ramos, no Cheme Arriaga, jajaja, hay que aclarar!)

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