domingo, 23 de octubre de 2011

.Haciendome cargo.


Estos alejamientos temporales de la escritura, pero ciertamente tan cercanos, me hacen volver, y decir, decir, y decir.
Que no escriba mis blogs no significa que mi cabeza no piense en forma de verso, que cada situación de la vida se me vaya en mil palabras que añoro poder plasmar, pero últimamente, me cuesta.
Mi relación con la escritura siempre fue y será algo muy pasional. Pero como toda pasión, cuando duele, uno trata de alejarse.
Como un remedio, cuando uno sabe que tomarlo le va a hacer muy bien pero se niego al principio.
Esto me pasó todo este tiempo.

Esta vez no fue falta de tiempo, ni falta de ideas, ni de argumentos.
Es alejarme. Es no querer plasmar esto que me atraviesa y está motivando todas mis decisiones de mi último tiempo. El duelo.
Sonaré recurrente pero la perdida de esta gran mujer me hace estremecer todavía, y cada día que pasa el tiempo, la extraño más.
El Domingo pasado fue un día de la madre muy difícil.
Lo pasé muy bien gracias a mi nueva familia adoptiva, pero algo en mi corazón estaba allá, a 600 kilómetros abrazando a mi mamá, y a miles de millones de estrellas de distancia abrazandola a ella. La gran tía Mabel.

Esta semana tuve una gran descompostura, casualidad o causalidad, quien sabe. Pero todo el tiempo que estuve en la cama, esperé su llamado.
No me acostumbro aún a no tener esa palabra de aliento, ese silencio justo, esa fuerza increíble que transmitía.
El otro día hablandolo en terapia, salió una frase muy interesante: “si hay humo, es porque hubo fuego”. Digo, es cierto. La tía fue la mejor del universo, así como mi abuelo. Y si esas dos relaciones tienen que marcar mi vida, y sobre todo mi arte, que así sea.

Porque yo sé. Sé, con toda la fuerza de todo el alma, que ellos me ven y me leen. Y que en algún momento todos nos vamos a volver a encontrar.

Mucha gente me pregunta por qué hace tanto que no escribo en “Olivia” (http://cosasdeolivia.blogspot.com/), y creo que la respuesta es, porque hubiera sido más fácil. El dolor en tercera persona es algo mucho más fácil. Así como lo es la felicidad en primera. Prefiero dejar ese espacio para cuando tenga ganas de contar historias, y hoy por hoy, hacerme cargo de mí misma.

3 comentarios:

  1. Te adoro Euge :) y me alegra mucho volver a leerte, a pesar de todo... se que es dificil.

    Te quiero amiga, y mucha fuerza!!!!

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  2. Sabés que daría mis piernas si tuvieras que volver a caminar. Que me arrancaría la lengua si tuvieras que volver a hablar. Y que me sacaría los labios si necesitaras volver a sonreír.
    Pero como mi corazón es tuyo, tenés que saber que nada te va a hacer falta nunca, porque siempre te voy a tener entre mis brazos.

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  3. Muy lindo cuña, y entiendo algo de ese dolor yo tambien extraño horrores sus llamdas y consejos, es como que me sin mi consejera. Igual sus palabras siempre estan en mi. Ups creo que tenia ganas de llorarla, perdon que use tu espacio. Te quiero cuña con todo mi corazon. Pau

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