domingo, 18 de septiembre de 2011

.dejandome llevar.


Parte de los caos existenciales, por más pequeños que sean, en la vida de alguien, se deben a ese movimiento interno extraño, difícil y complejo que uno da al avanzar (o retroceder en el peor de los casos). Para este tipo de movimientos hay dos opciones: o dejarse llevar, y ver que pasa, o negar todo y dejar que nuestra vida siga chata como antes.

Hoy, me dejo llevar. Intento. Pruebo. Miro, inspiro y me lleno cada partecita de cuerpo con ese aire de lo nuevo. Y me pongo nerviosa, a veces lloro. ¿Y, qué tiene?. ¿Qué hay de malo en llorar un poco al darse cuenta que todo se ha movido de lugar?

Cuando hay que vivir un duelo con todo el trajín diario. Cuando un mes y medio parece una eternidad  para tantas cosas pero es tan poco para procesar y aceptar que alguien no está más…
Hoy, me tomo diez minutos. La lloro. La extraño. Pienso en ella y en el abuelo.
Cuánto de ustedes hay en mí… cuánto!
Ganas de escribir, crear, cantar, bailar, disfrazarme. Ganas de hablar y de psicoanalizarme. Ganas de ayudar. Ganas de ser. Y de ser feliz. De sonreir.
Otra vez gracias.

Cálidas lagrimas de orgullo y un beso enorme para allá arriba.
Geu.

2 comentarios:

  1. ayer viendo a Tomy tomar la comunión, lloré en silencio pensando en ella....que orgullosa hubiera estado!!! y cuanto noté su ausencia...........

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  2. Se extraña, y mucho. Pero es reconfortante saber que ella está viéndote todo el tiempo..

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