sábado, 16 de enero de 2016

Todos podemos ser artistas.

En la última entrada que escribí, hace poco más de cuatro meses, hablaba del comienzo de un recorrido en un hermoso libro: "El camino del artista".
La primer semana que me senté a realizar las tareas que el libro propone, todas las cosas que estaban agolpadas en el fondo de mis recuerdos salieron a la luz. Lloré, dibujé, y con mucho amor y lágrimas volví a retomar este abandonado blog. Seguí con el camino, pero mi escritura paró, y así también pararon las semanas en las que "hice la tarea". 

Hoy, volví.

Sí, después de cuatro meses me decidí a hacer las cosas con más disciplina. Y si este libro llegó a mi vida y hace tanto quería leerlo, es porque algo enorme tengo que aprender de esto. 


Cuando me siento a escribir mis hojas diarias, además de darme cuenta que mi alma geminiana inquieta quiere escribir, colorear, subrayar, todo en una excesiva prolijidad, me doy cuenta que mis bloqueos de "artista" vienen justamente por el lado de la escritura. Porque, al final de cuentas, esa es mi gran pasión en la vida. 

Me decido a publicar las cosas que siento justamente para sentirme acompañada, porque a pesar de ser este un camino individual, probablemente a alguien le sirva o le agrade leerlo. Y así animarse. 

Todos somos artistas, pero en nuestra cultura de alguna forma eso se "devalúa" o quiere llegar a cánones impensados...
Esta semana descubrí que hay artistas en todos lados, y tengo muchos muy cerca, también soy una. 


Artista es quien sabe escuchar a un amigo, decirle la palabra justa, o simplemente mirarlo en silencio y abrazarlo cuando hace falta.
Artista es aquel que tiene la sensibilidad de abrirse ante otra persona, de poder compartir. 

Artista es quien hace de su tipo de arte algo mejor para el mundo: ya sea hacer crecer una planta, escribir una canción, decirle algo lindo a un niño. 

Hoy almorcé con dos amigas y ambas me sorprendieron por gestos muy artísticos. Las admiro pero no lo saben... Una de ellas me regaló un libro que tocó mi corazón y llega a mi en un momento en el que lo necesito, y la otra, cuando terminamos de almorzar decidió con lo que habia quedado pedir que hagan un paquete y se lo dió a una familia de la calle que lo necesitaba. Tal vez no sea mucho para alguien que me lea, pero es algo que a mí nunca se me había ocurrido hacer. No porque no quiera ayudar a las personas, porque lo hago de otras maneras, sino porque jamás se me ocurrió tan simplemente que lo que uno tiene de más es muy probable que sea lo que otro necesite. 

Artistas somos todos y cada uno, sólo hay que reencontrarse y descubrir cual es nuestro arte. ¿Vamos? ¿Alguien se anima a contarme en qué se siente un artista? 

Geu. 

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