Y al final, estar bien era mucho más fácil de lo que parecía.
Era solo preguntarse, como Noah le preguntó a Allie, “¿Qué quieres tú? ¡Deja de pensar en lo que quieren los demás!”
Y ahí, en eso tan simple, está el secreto, dejarse sentir, dejar de querer parecer.
Querer, dejarse querer. Ser.
La simpleza de una sonrisa, una tarde de mates y sol, una yerbera naranja regalada. El poder de reírse más, ser más, pensar menos.
Sentir, estremecerse, escalofriarse, reír, soñar, desear…
Vivir.
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