.Nuestras estrellas.

Hace un rato me enteré de algo que me tocó bastante de cerca…

A una persona a la que quiero y quise un montón, le pasó algo feo… Esas cosas de la vida a las que todos nos tienen que pasar pero que nadie quiere que lleguen.

Un hermoso y adorado abuelo que se nos va.

Al que Dios quiso evitarle los sufrimientos y le dio un lugar al lado suyo en el cielo (como bien dijiste vos).

Y es así, una maldita ley de la vida, los abuelos se van, así tiene que ser, pero eso no impide la bronca insuperable, el dolor, el miedo, las ganas de gritar y la falta de comprensión que uno tiene en estos casos.

Cuando mi abuelo faltó, yo tenía ayuda psicológica al lado y aun así, no pude entender y me costó muchisimo tiempo comprender esto…

Tal vez esto que le pasa a él me pega porque su abuelo era amigo del mío, porque aunque no lo conocía, pasé mil veces por esa vereda con el mío de la mano y se saludaban por la ventana…

Como le dije hace un rato, estoy segura que están juntos en el cielo, con todos los abuelos que se nos fueron y dejaron hijos y nietos extrañando… Que están bien, que nos cuidan, que nos miran, que nos ayudan y guían…

Lo más difícil pero lo mejor que puede pasarnos en estos momentos, es recordar lo mucho que nos amaron y nos aman, fueron y van a ser personas de las más importantes en nuestras vidas, y eso no nos lo quita nadie.

Ni eso, ni horas, charlas, risas, retos, juegos, NADA. Es nuestro.
¿Qué mejor que recordarlo así? Con sonrisas.

Sé que es difícil, pero como bien decía el sabio de mi abuelo,

“esto también va a pasar”.

Fuerzas.