Lo bueno de la noche es que en ella quedan los secretos…
Este momento de calma, té y la música que yo quiera elegir, me está resultando fascinante el último tiempo.
Espero con ansias cuando el día se apaga, cuando se pueden desnudar esas ganas de ser, sólo ser, como uno realmente es…
Hace varias noches, entre charlas que están llenando mi alma, alguien me dijo “ojalá todo fuera así, sería perfecto, pero el mundo real es otra cosa”. Tiene mucha razón, pero yo me pregunto, ¿Por qué no? ¿Por qué no creer por un momento que el mundo sí es color de rosas?
Dejar un rato todos los problemas, a todas las personas, todo detrás… y dedicar ese tiempo solo a uno. A ser feliz, con poco, con mucho, con el dulce sabor de una infusión relajante… “pájaros en la cabeza y soñar…”
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