Hace unos días pensé en cortarme una pulserita negra que tengo en la mano. Ya está vieja, descolorida, pensé…
Pero anoche, encontré esta foto. Me puse a mirar fotos de aquel verano… Fue tan sano, tan limpio, tan puro…
Mientras las miraba pensaba en todo lo que pasó, en cuantos años y gente transcurrió entre nosotras, y aún así, siempre juntas. Hoy por hoy, una en México, dos en La Pampa, y una en Buenos Aires. Cientos de kilómetros nos separan, pero el corazón las siente tan cerca…
Estoy contando los días para que nos volvamos a reencontrar. Siento adentro que esos mates, empanadas y charlas eternas que vengan este Julio, van a llenarnos el alma.
Cuando uno está lejos de casa, todo se siente más, y cuando pasan cosas malas, es cuando más extraña todo eso que siempre le hizo tan bien…
Hoy me desperté y miré mi pulserita, y se me cayeron un par de lágrimas. Porque ustedes son la familia que yo elijo, mis hermosas amigas, y aunque a veces no compartamos todo por lo diferentes que somos, siempre vamos a estar una para las otras.
Sé que no es el mejor escrito de los que he hecho, pero es con todo mi corazón, hoy por hoy NECESITO decirles cuanto las quiero, y lo bien que me hacen e hicieron siempre a mi vida…
¡Qué gran abrazo les voy a dar cuando las vea!
No hay comentarios:
Publicar un comentario