sábado, 17 de abril de 2010

.Julieta.


Es raro pensar como alguien tan pequeño, puede hacerte tanto bien. Eso hace ella por mí. Me llena.

Es tan bella, y si se la mira con atención unos instantes, te dá la paz que necesitas. Es mágica. Su mundo de juegos, bebés, y muñecos que “volan” y “morden”, hacen que hasta los más fríos sonrían.

Es perfecta, otra de las tantas válvulas de escape, jugar o bailar, con ella y un sapo de color verde, me hace volver a mi niñez y reír sin parar… Julieta es una buena medicina.

Una vez viajando, iba en su sillita conversando con su amado oso, jugando a la mamá como siempre hace, le dijo… “mañón, no te preocupes, acá esta la tía y ella nos va a cuidar”. Nunca voy a poderme olvidar lo que sentí en ese momento. Todas las miserias, problemas, dolores del alma, se van…

Porque ella me hace feliz.

Los invito a mirarla un segundo, ¿vieron? Imposible no sonreír.

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